26 agosto 2008

A las cinco de la tarde. LA COGIDA Y LA MUERTE. Federico García Lorca

Salud.
Termina el día, me tomo un respiro, veo una película - documental 'a las cinco de la tarde', sobre Afganistán, que me impresiona por lo que enseña y, sobre todo, por lo que deja entrever de su realidad terrorífica... Y, han finalizado las fiestas de Bilbao, y los toros... De la peli me quedo finalmente con el impresionante poema de García Lorca que relaciona ambas situaciones y la España gris y roja que quizá pervive malgrée nous... Y te le envío para que disfrutes de un rato de ocio cultural y de reflexión. Con tu permiso y mis respetos...
Un abrazo. Agur.
Mikel Orrantia

Llanto por Ignacio Sánchez Mejías. Federico García Lorca. A las cinco de la tarde.

LA COGIDA Y LA MUERTE

Federico García Lorca, 1935

A las cinco de la tarde.
Eran las cinco en punto de la tarde.
Un niño trajo la blanca sábana
a las cinco de la tarde.
Una espuerta de cal ya prevenida
a las cinco de la tarde.
Lo demás era muerte y sólo muerte
a las cinco de la tarde.

El viento se llevó los algodones
a las cinco de la tarde.
Y el óxido sembró cristal y níquel
a las cinco de la tarde.
Ya luchan la paloma y el leopardo
a las cinco de la tarde.
Y un muslo con un asta desolada
a las cinco de la tarde.
Comenzaron los sones de bordón
a las cinco de la tarde.
Las campanas de arsénico y el humo
a las cinco de la tarde.
En las esquinas grupos de silencio
a las cinco de la tarde.
¡Y el toro solo corazón arriba!
a las cinco de la tarde.
Cuando el sudor de nieve fue llegando
a las cinco de la tarde
cuando la plaza se cubrió de yodo
a las cinco de la tarde,
la muerte puso huevos en la herida
a las cinco de la tarde.
A las cinco de la tarde.
A las cinco en Punto de la tarde.

Un ataúd con ruedas es la cama
a las cinco de la tarde.
Huesos y flautas suenan en su oído
a las cinco de la tarde.
El toro ya mugía por su frente
a las cinco de la tarde.
El cuarto se irisaba de agonía
a las cinco de la tarde.
A lo lejos ya viene la gangrena
a las cinco de la tarde.
Trompa de lirio por las verdes ingles
a las cinco de la tarde.
Las heridas quemaban como soles
a las cinco de la tarde,
y el gentío rompía las ventanas
a las cinco de la tarde.
A las cinco de la tarde.
¡Ay, qué terribles cinco de la tarde!
¡Eran las cinco en todos los relojes!
¡Eran las cinco en sombra de la tarde!

cita del LIBRO: Incluido en Romancero Gitano - Poeta en Nueva York - Llanto por Ignacio Sánchez Mejías. Prólogo de Núria Espert. Ilustraciones de Federico García Lorca. 5ª Edición abril de 1998 - EDITORIAL ÓPTIMA. - Barcelona (España)
http://www.poesia-inter.net/index228.htm

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De: Ignacio

Fecha: Fri, 29 Aug 2008

Para: Mikel OrrantiaAsunto: Para disfrutar leyendo_ Llanto por Ignacio Sánchez Mejías. Federico García Lorca. A las cinco de la tarde.

¿Es real el dilema, que muchos defienden, entre lo local y lo universal? Los defensores a ultranza del localismo ciego (nacionalismo rácano) reniegan de cualquier tipo de amplitud de pensamiento así como los partidarios del universalismo sin raíces (poderosos sin alma) denostan por corto de miras a cualquier tipo de localismos. Ninguno de ellos está en lo humanamente sensato, y así lo pueden mostrar espíritus tan localistas y universales a la vez como Unamuno o García Lorca, como García Márquez o Gunter Grass. No es extraño que Lorca pueda tener vigencia hasta en acontecimientos tan actuales como Afganistán o Irak. Por eso, captar a Lorca no es fácil, pues hay que entender su andalucismo hasta la médula comprendiendo al cante, al toro o al calé, y al mismo tiempo ver mediante su anteojo de largo alcance la inmensa proyección humana universal que plasma en su poesía aparentemente localista. Y dentro de ella El llanto por Ignacio Sánchez Mejías (elegía creo que con cuatro poemas), su amigo y el de muchos literatos de la generación del 27, el mismo escritor teatral, uno de aquellos toreros cultos a pesar de su baja extracción.

Personalmente, desde mi primera juventud y debido a la afición de mi padre (que ocasionalmente integraba la banda de música en la plaza), hemos asistidos a las ferias bilbaínas. En la actualidad, lo hago asistiendo a dos o tres corridas, más que nada por apreciar su discurrir. Supongo que todo ha cambiado mucho, especialmente los espectadores, ahora en su mayoría no aficionados ni conocedores, sino simples asistentes al espectáculo por compra o por regalo.

¿Qué le atrajo a Sánchez Mejías volver al ruedo, después de su primera retirada, en plena República? Quizá solo lo sabía Lorca y por eso lloró su muerte, quizá junto a la de una España libre que también prensaba se hallaba en peligro de morir bajo las poderosas armas de la bestia militar. Los mismos que se llevaban a Antonio el Camborio codo con codo al penal.

Ignacio.

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Gracias Ignacio por tu aportación y comentario. Me ha encantado leerte. Agur. Mikel

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